EXPOSICIONES

      La historia del arte es la historia de la búsqueda de excusas para mostrar el cuerpo del hombre y la mujer desnudos. 
Las coartadas mitológicas o bíblicas han permitido que se genere una inacabable lista de personajes y situaciones que todo el mundo identifica inmediatamente y que sirven para contextualizar el deseo y domesticar la lujuria, enjaulando los cuerpos en expositores cultural y socialmente aceptables. 
Pero lo cierto es que necesitamos, al final, una historia que proporcione la narrativa que dotará de fuerza a nuestra obra, el título que la definirá modificándola en el proceso.


A menudo, en mis fantasías, huíamos los dos juntos a una inverosímil tierra prometida a través del vacío impracticable del desierto, caminábamos bajo el sol recorridos por un impulso pendular, avanzando entre la euforia y la desesperanza, sostenidos por la fe reconfortante en nuestro destino, que había transformado el vínculo que nos unía en indestructible. Todavía me estremece la imagen final de aquel niño cargando sobre su espalda tu cuerpo inerte, avanzando aun unos metros más, arrastrándote por el tobillo, con tu cabeza golpeando contra las piedras, salvado por un empecinamiento irracional que sólo puedo entender como un acto de amor. 


     Hay una sola forma de existencia pero, en cambio, las posibilidades de no ser son casi infinitas. Los muertos descansan en paz; tuvieron su oportunidad y la apuraron, con mejor o peor fortuna, inmolados en la pira de un tiempo que terminó por consumirlos. Fueron de la única manera que es posible ser, sin coartadas ni excusas, amos y sirvientes al tiempo de un devenir en el que todo, incluso una omisión, es en el fondo una forma de acción. Los muertos no terminan nunca transformándose en fantasmas, no necesitan hacerlo precisamente porque estuvieron vivos.
Los fantasmas, al menos los míos, son otra cosa. Son cuerpos sin alma, entes dolorosamente tangibles que se aferran a nosotros en busca de una existencia que les ha sido vedada, de una identidad que, en realidad, nunca estuvo en nuestra mano conceder. Un fantasma es un Golem, un ser al que hemos dotado de un cuerpo, que hemos recorrido mil veces con dedos de aire pero al que, llegado el momento, hemos sido incapaces de insuflar vida.  

El viajero se da la vuelta y se acoda para contemplar, por enésima vez, el paisaje inasible, casi abstracto, por el que serpentea el canal. El cielo blanco, la tierra ocre, el horizonte que debería delimitar ambos amalgamándolos en una suerte de neblina verde azulada. La ausencia de sombras desdibuja cualquier relieve, aplanando las formas de los cerros que han ido dejando atrás durante el día.   


Un retrato dejó en el momento mismo de su nacimiento de ser la viva imagen del sujeto para convertirse en su imagen muerta, embalsamada, como una cápsula del tiempo destinada a despertar, en el futuro, el dolor por lo perdido. 

PRIMER PLANO

Este tipo de plano, al igual que el plano detalle y el primerísimo primer plano se corresponde con una distancia íntima, ya que sirve para mostrar confidencia e intimidad respecto al personaje.


O al menos eso dice Wikipedia. 

Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.

Teoría del conocimiento.

Van Gogh cortándose una oreja, suicidándose a pedazos; Lorca, cantor de ausencias, asesinado; Goya pintando un muro para matar los gritos que no puede dejar de oír; Chaplin expulsado del Centro del Universo por decir, descuidado y tierno, lo que piensa, por pensar; Miguel Hernandez, muriéndose en la cárcel por haber convertido las palabras en lágrimas; Rousseau paseando solitario aquejado de manía persecutoria; Neruda, mi Pablo, muriendo con el tiempo justo de haber visto su sueño asesinado en la moneda.
Parece que alguien se hubiera empeñado en demostrarnos que mutilarse es la única garantía para sobrevivir. Tal vez se trata simplemente de que siempre me gustaron los finales trágicos y he asentado mi mitología personal sobre ellos. En cualquier caso, a veces miro las estrellas, seguro de ver también en ellas a un hombre que sueña con una hoguera y grita "pero se mueve".

ILUSTRACIÓN


1. f. Acción y efecto de ilustrar.

2. f. Estampa, grabado o dibujo que adorna o documenta un libro.

3. f. Publicación, comúnmente periódica, con láminas y dibujos, además del texto que solía contener.

4. f. Movimiento filosófico y cultural del siglo XVIII que acentúa el predominio de la razón humana y la creencia en el progreso.
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